Más confesiones de una madre invisible

Una vez más aquí estoy, frente al ordenador, pensando en desnudar mi alma un poquito más. Porque de eso va este blog. De desahogarme, pero también de desnudarme. De dentro hacia fuera. Y empezar a sacar todas esas cosas que llevan tiempo escondidas y ahora quieren salir.

Crear este blog ha sido una total y absoluta vía de escape para mí. En un momento en el que creí explotar física y psicológicamente se me encendió una bombillita virtual en la cabeza y empecé con esta aventura. No soy muy buena bloguera y me cuestra hacer atractivo, estéticamente, éste que es mi diario virtual, lo reconozco, pero intento compensarlo con mis experiencias y pensamientos. No aspiro a ser ninguna experta en gadgets ni a romper ningún récord de visitas, lo dije en su día, sólo quiero ayudar a quienes estén en mi misma situación, el objetivo es transmitir esa idea, esa realidad, de que no estamos sol@s. Y cada vez que leo un comentario vuestro aquí o en twitter, lo siento así. Siento que puedo aportar un pequeño granito de arena y eso me basta.

Pero esta no es mi confesión de hoy, bueno sí es una pequeña confesión porque he reconocido por primera vez públicamente que soy un desastre en esto de las nuevas tecnologías. Entono el mea culpa. Sin embargo, hoy quiero destapar otro de esos tesoros que guardo desde hace tiempo. 

Hace no mucho os enseñé un marco de fotos de madera con la frase "Dream Come True" que reservo para cuando mi sueño de tener una familia se cumpla. Un marco que llenaré de instantáneas que me recuerden que el sufrimiento tiene su recompensa. Lo tengo guardado, envuelto en papel de embalar marrón, esperando el momento de poder salir del envoltorio y formar parte de nuestro hogar.

Ese marco no es lo único que tengo, lo confieso. Hay otra cosa más. Algo que compré pensando en decorar la habitación de H&B, pero también para que hiciera las veces de amuleto.

A algun@s quizá os suenen estos dos simpáticos personajes. Son de la película de Disney "Lilo y Stich". La ví hace muchos años con mi hermana pequeña y siempre me ha parecido especial. Incluso tengo un peluche de Stich. Vale, otra confesión, soy una friki de Disney. Las he visto todas mil veces y estoy deseando tener hij@s para verlas mil veces más con ell@s.

A lo que iba, para los que no hayáis visto esta película (os la recomiendo si una tarde estáis aburridos) la resumo muy brevemente. Stich es el bichillo azul de la figurita, un experimento diseñado por los extraterrestres como arma de destrucción masiva, pero que no acaba de convencer y es encerrado en una prisión clasificado como muy peligroso. Nuestro simpático amigo consigue escapar y llega a la Tierra, a Hawaii. Lo llevan a una perrera creyendo que es un perro abandonado y lo adopta la pequeña Lilo, una niña que vive con su hermana, tras perder a sus padres en un trágico accidente. 

Bueno no me enrollo más, pero la cosa es que este extraterrestre azul sin sentimientos, a priori, conocerá una nueva vida y entenderá lo que es una familia. Una OHANA,en Hawai. Es lo que Lilo le explica a Stich.

"Ohana significa familia. Familia que permanecerá unida siempre"

Y eso es lo que pone en la figurita, familia, ohana. Es lo que yo llevo buscando casi dos años y lo que espero encontrar en 2016. Lo que iba a ser sólo un adorno, va a pasar a ser además un amuleto a partir de enero. Lo llevaré conmigo (escondido en el bolso) a mis controles y análisis, a la punción, a la transferencia y a la temida beta. Será nuestro talismán. Tarde o temprano nosotros también tendremos nuestra propia OHANA.